Enrique Garcia - Eviajeros

La fría mañana de Lima me despierta, esta urbe, me devuelve a la realidad diaria al salir a conquistar el día; pero bien, hoy seria un día diferente. Listo mi equipaje y con las ganas de dejar esta metrópoli y descansar en los brazos de la naturaleza y compartir la paz de los campos y sus praderas, salí de Lima rumbo a uno de los siete distritos de Canta, para ser exactos a la comunidad de San Buenaventura. Mi reloj marcaba las 7am. y empezamos a surcar por el trafico vespertino, al pasar por el paradero Progreso, de la gran Av. Tupac Amaru, para exactos en el  km 22 del distrito de Carabayllo, nos indicaban que ahí se podría abordar  un taxi que  llevaría a la ciudad de Canta, para luego en un colectivo ir  a San Buenaventura. En una prudente velocidad estaríamos atravesando distintos pueblos, distinguiendo el verdor de sus campos de cultivo, sus zonas campestres y a medida que íbamos avanzando, se abría paso, un imponente Sol, que nos iba dando la bienvenida. Tal vez, mu